Te di mis lunares
En mi abdomen mi corazón bailó para tí
Mi cintura se derritió como el azúcar en tus manos
Con el iris dibujé las líneas de tu cuerpo
Y en dos dulces ojos encontré el infinito y me supo verde
Bendito sea el universo, perfecto infinito
Hoy soy la luz que amaneció entrelazada a tus brazos.
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